Algunos aseguran que el varón educado y caballeroso ya no está de moda, y que la mujer tiene su cuota de responsabilidad en este cambio. ¿Han malinterpretado los hombres el sentido de la liberación femenina?
Hay costumbres que con el tiempo se van desgastando o, simplemente, se consideran obsoletas. El romanticismo y la cortesía son algunas de ellas. Aunque son aspectos de los que tanto el hombre como la mujer pueden hacer uso, quizás son ellas las que más notan el cambio, pues culturalmente en países como República Dominicana, es él quien siempre ha dado vida a la galantería.
Ante este inminente cambio, sobre todo en el aspecto amoroso, hay personas que tienden a preguntarse: ¿y será que el hombre educado y caballeroso pasó de moda?
El sociólogo Juan Alberto Fermín habla sobre el tema. “Realmente, como todo en la vida, este comportamiento ha cambiado. El hombre de hoy por lo regular no es tan cortés, tan delicado al tratar con una mujer. Recuerdo que antes los hombres hacíamos gala de unos bonitos versos hasta para agradar a una amiga. Ahora no. La vulgaridad está ganando terreno”, enfatiza.
El profesional admite que hay otras formas de enamorar, de conquistar, así como otros lugares que visitar y, en fin, sostiene que no hay que hacer grandes esfuerzos para lograr el objetivo deseado.
“Con todo el respeto que la mujer se merecerá siempre, ella tiene una gran cuota de responsabilidad en este cambio. El respeto se gana. Desde mi óptica, pienso que siempre que haya una mujer que se gane el respeto, habrá un hombre que se lo dispense”, considera Fermín.
No está en contra de la liberación femenina, dice, pero considera que algunos hombres han malinterpretado el sentido de esta lucha. “Se han confundido. Creen que la igualdad de género quiere decir que hay que tratarlas con grosería, con mala educación, y no es así. La mujer es un ser maravilloso que se merece el mejor de los tratos”.
Ángel Abreu es otro sociólogo que habla del tema. Dice que la humanidad vive en una época en la que predomina la cantidad y no la calidad, que la sociedad gira en torno a valores monetarios y de consumo con una fuerte necesidad de exhibir.
En cuanto a la influencia del aspecto social, sostiene: “Podemos atribuir parte de la responsabilidad de esto a que la sociedad se mueve cada día más rápido, no existe el tiempo para la caballerosidad, además de que actualmente predominan los valores individuales y no la moral colectiva. En pocas palabras, se nos hace fácil hacernos los ciegos”.
Detalles obsoletos
Hace unos años Clara presenció algo que la alarmó, y le hizo ver que las cosas realmente están cambiando. Cuenta que en una de las áreas comunes de la universidad, sentada con un compañero, este le comentó que le agradaba una joven, pero no se atrevía a expresarle sus sentimientos por miedo a ser rechazado. Narra que coincidencialmente llegó la joven y de forma discreta el amigo le preguntó: ¿Qué te gusta de un hombre? Sin titubeos, la joven respondió: “Me gustan los hombres que suenen”. Como Clara no conoce ese término cuestionó a su compañero, quien le explicó: “Es el que ya ha sonado con otras mujeres, que uno lo ve en los ‘drinks’, que anda con su musicón en su carro, así más o menos que suene, que tenga ‘rating’. Eso es”.
Hace unos años Clara presenció algo que la alarmó, y le hizo ver que las cosas realmente están cambiando. Cuenta que en una de las áreas comunes de la universidad, sentada con un compañero, este le comentó que le agradaba una joven, pero no se atrevía a expresarle sus sentimientos por miedo a ser rechazado. Narra que coincidencialmente llegó la joven y de forma discreta el amigo le preguntó: ¿Qué te gusta de un hombre? Sin titubeos, la joven respondió: “Me gustan los hombres que suenen”. Como Clara no conoce ese término cuestionó a su compañero, quien le explicó: “Es el que ya ha sonado con otras mujeres, que uno lo ve en los ‘drinks’, que anda con su musicón en su carro, así más o menos que suene, que tenga ‘rating’. Eso es”.
Precisamente este fue el punto de partida para la realización de esta historia. De manera que aunque fue necesaria la opinión desde el punto de vista sociológico, no podían quedarse fuera algunas interrogantes como: ¿qué les gusta de un hombre a las mujeres de estos tiempos?, ¿cuáles son las nuevas formas de sentirse atraídas?, ¿cómo un hombre enamora hoy en día?, ¿por qué el que es más decente y educado con nosotras es el que menos oportunidad tiene?, ¿a qué se debe el cambio?, ¿dónde se origina esta situación?, ¿es el hombre que se esfuerza menos o la mujer hoy en día es poco exigente a la hora del ser tratada?...
Jóvenes entre los 18 y 24 años de diferentes clases sociales responden estas preguntas.
Una vez hechas las preguntas, a las encuestadas se les presentaron imágenes de un hombre abriendo la puerta del carro, caminando por la playa junto a su novia, y la clásica propuesta de matrimonio donde el hombre se pone de rodillas. Lastimosamente las respuestas que abundaron fueron: “Eso ya no está de moda”, “eso es aburrido” y “las relaciones así solo se ven en la televisión y el cine”
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