viernes, 20 de septiembre de 2013

HARINAS ALTERNATIVAS

                
La producción de harinas alternativas a partir de rubros agrícolas como el plátano, la yuca y la batata, podría convertirse en una alternativa viable para disminuir el uso de harina de trigo en la preparación de productos de panadería y repostería.
Un pan de auyama, un bizcocho de batata o unas galletas de harina de arroz son algunas de las ricas recetas que pueden prepararse con ellas, impactando no sólo la economía, sino también introduciendo productos culinarios nuevos y con un importante aporte nutricional.
Primeros pasos. Aunque resulte novedoso, la elaboración de estas harinas vegetales no es nada original, pues en otros países latinoamericanos son de uso común. Pero en República Dominicana aún están a la espera de inversionistas que impulsen su producción.
Al menos, las iniciativas, van caminando. El Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI)  tiene un programa que  ha capacitado a grupos en la elaboración de  harinas con productos como el plátano, batata, ñame, guineo, buen pan, arroz, guandules y hasta nopal, un tipo de cactus comestible.
De estos, para la obtención de las harinas se utili zan los restos desechados por los productores locales, como la puntilla del arroz y la rabiza de la yuca.
Las harinas alternativas no se utilizan solas, sino que, como explica Bernarda Castillo, directora ejecutiva del IIBI, se combinan con la harina de trigo como forma de reducir los costos de la harina de trigo, que es importada.
Los comestibles que se preparan con ella son los mismos que se hacen comúnmente con la harina de trigo: pan, galletas, bizcocho, “masitas”, entre otros.
Las harinas aún no se expenden en comercios, pero sí puede degustar algunas  preparaciones en lugares como  Panificadora La Innovación, un negocio ubicado en Los Guaricanos que, con el apoyo del IIBI, ha comenzado a sacar provecho de las harinas alternativas.
Emiliana Ramírez, co-propietaria de la Panificadora, explicó que ya preparan panes con harinas de plátano, yuca, auyama y arroz, sustituyendo desde un 20% y hasta un 30% de la harina de trigo. Con la harina de batata se hacen bizcochos, mantecados y otras recetas dulces.
“El sabor y el aspecto cambian, las personas lo notan y ya lo demandan. El  pan de auyama es uno de los más buscados”, señaló Ramírez.
Alejandro Tabar, coordinador de Desarrollo e Innovación Empresarial del IIBI, agregó que con las harinas alternativas también se preparan productos como pastelitos y se hacen mezclas sabrosas e interesantes como la de batata y jengibre.
Beneficios nutricionales. Castillo asegura que las harinas alternativas ofrecen mayores beneficios nutricionales que la harina de trigo por sí sola.
“Hemos hecho comparaciones, la harina de plátano tiene más potasio, la de auyama tiene más caroteno y vitamina A en comparación con la harina de trigo”, dijo.
Aprender a producir y trabajar con harinas alternativas no es  mito. Todos los interesados pueden acercarse al IIBI e inscribirse para los talleres de capacitación y adiestramiento que allí  realizan periódicamente.
Los protagonistas
 Bernarda Castillo
“Tenemos alrededor de tres años dando a conocer que ya tenemos galletas y bizcochitos mucho más nutritivos con  hasta un 40% de harina de plátano, batata o yuca, que pueden ser utilizados en el desayuno escolar”.
Alejandro Tabar
“Estamos buscando un inversionista que quiera poner una fabrica para producir las harinas alternativas”.
Emiliana Ramírez
“El uso de estas harinas permite un ahorro y ofrece a la población un producto diferente, mucho más nutritivo. La gente dice que en vez de comprar un plátano para  procesarlo, puede adquirir el producto y consumirlo de una vez”.

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